Para poder imitar un sistema presente en la realidad de la forma mas confiable posible, es necesario que el modelador elimine cualquier rastro de subjetividad que pueda relacionarlo con la unidad que intentará modelar y comprometer el modelo.
Esto supone cierta separación mental parcial entre el modelador y su objeto focal a niveles donde la realidad a modelar no sea contaminada por características, procesos, formas o comportamientos impropios del fenómeno o sistema de estudio.
Es decir, el investigador prescinde de cierta separación entre el sujeto y objeto.
- No se puede modelar algo que no exista en la realidad. Esto quiere decir que si se imita un un sistema este ultimo debe estar presente en un plano real, tal que su existencia pueda ser validada y no este solo en la mente del observador.
- Toda imitación supone un sistema original o de partida que exista en la realidad, dicho de otra manera, Todo proceso de imitación supone un sistema o fenómeno que haya tenido punto de emergencia alguno, es decir la posibilidad de crear una nueva versión para algo que ya existe.
- La imitación será mas confiable en la medida que cuya replica se asemeje mas al modelo original, por otra parte, aunque la imitación sea muy buena y precisa, existirá algún detalle que la hará imperfecta ante la de origen.
- Ningún sistema puede ser replicado a un grado de exactitud del 100% dado que se consideraría un modelo ideal, esto se debe básicamente a los complejos procesos y subsistemas inmersos en el interior de la unidad. con ello nos referirnos a una medida parcial y relativa de la imitación real, es decir modelamos para lograr un posible acercamiento al esquema real.
Un ejemplo de lo anterior sería, si se le asigna a un nuevo profesional, en este caso un planificador de proyecto, hacer la planificación para la restructuración del departamento de proyecto de la empresa, es importante que el mismo se riga por las necesidades objetivas de la institución, lo cual representa guiarse por los lineamientos de la filosofia organizacional y no incurrir en tendencias subjetivas que generalmente se relacionen con los valores y creencias propias del especialista, evitando de ese modo, que pueda crearse desajustes en las estrategias y crear un caos funcional dentro de la empresa.






